Descripción
Descripción
El ser una persona extrovertida, abierta, lanzada… es aceptado socialmente. Pero ¡ay!, ¿qué pasa cuando eso no sucede? Le hablan y no contesta, le cuesta jugar en el parque, se piensa las cosas un buen rato antes de lanzarse… Y la suelen etiquetar de cortada, tímida o, lo que es peor, mal educada. Con este cuento abrazamos y celebramos la timidez como forma de estar en el mundo. Solo tenemos que empatizar y ser el adulto que necesitamos cuando fuimos niños.
Autoría
Belén Gaudes
Pablo Macías
Nacho de Marcos