Las naranjas no son la única fruta

La primera obra de Jeanette Winterson, una novela autobiográficasobre el paso de la infancia a la adolescencia. En los momentos cruciales de su infancia, la niña siempre tenía a mano una naranja: la agarraba, la pelaba y la comía como si esa pieza de fruta fuera a consolarla de todos sus males. Más tarde descubrió una fruta distinta, más sabrosa, que había que comer a escondidas, lejos de las habladurías de la gente y de la mirada inquisidora de su madre; era una fruta prohibida, pero valía la pena correr el riesgo y disfrutar de aquella delicia.

Nº de páginas: 240

Editorial: Lumen

19,90 

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Descripción

Descripción

Los primeros años de su vida fueron un ir y venir entre feligreses seducidos por los sermones y las palabras de la Biblia, pero cuando tenía poco más de diez años la niña supo que ella era distinta y que las leyes de su cuerpo la llevarían a descubrir otra forma de amar. Con estos mimbres, en 1985, Jeanette Winterson publicó Las naranjas no son la única fruta, una conmovedora crónica con fuertes tintes autobiográficos del paso de la adolescencia a la edad adulta que entusiasmó a los lectores de entonces y sigue siendo una espléndida guía para caminar por la vida.La crítica ha dicho: «Fresca, sorprendente y divertida, […] una novela brillante que ilustra las consecuencias de teneruna madre devota y claustrofóbica, y de una institución que castiga el amor naciente con crueldad.»
Rosalind Jana, Vogue «En Las naranjas…, la huida se hace novela.»

Autoría

Jeanette Winterson