Descripción
Descripción
Dentro del binomio prostitución-feminismo resulta bastante habitual recurrir a su dimensión metafórica como espacio de prácticas, experiencias o militancias, siendo las metáforas que delimitan el fin de un espacio y el comienzo del siguiente. Así la prostitución ha intentado insertarse dentro del feminismo y cuando lo ha conseguido se ha producido una ruptura, al parecer, irreconciliable. Si el cuerpo de las mujeres es la última frontera del capitalismo, el prostíbulo es la última frontera del feminismo. A través de esta alegoría, podemos observar cómo la prostitución se va configurando como el eterno espacio por «conquistar» dentro de los feminismos y cómo, al mismo tiempo, ha quedado relegada en los márgenes y la periferia de un movimiento que lucha por la visibilidad del mayor conjunto de pluralidades posibles.
Autoría
Elena Martínez Pérez