Descripción
Descripción
El texto explica que en ese periodo histórico, uno de los más luminosos de la humanidad, el vínculo estrecho, afectivo, no exento de sensualidad, entre varones, era indispensable para la supervivencia del grupo en una época en la que la guerra era algo cotidiano. Demuestra que Grecia es el único ejemplo de una gran civilización que no solo toleró las pasiones homoeróticas, sino que las consideraba dotadas de valor espiritual y las utilizaba en beneficio de la sociedad. Se trataría, pues, de un fenómeno que se dio en uno de los períodos más brillantes de la cultura humana y que llegaría a convertirse en una institución nacional helénica; una institución social de carácter formativo e iniciático, que ocupaba una posición relevante en la formación moral, política y militar de los jóvenes, en la cual el adulto (erastés), mediante una relación afectiva y de camaradería, que no excluía el sexo, transmitía al muchacho (erómeno) los valores y virtudes del ciudadano y del soldado.
Publicado originalmente con el título Un problema de ética griega (una argucia para evitar la censura de la época) este fascinante y amenísimo texto nunca había sido traducido hasta ahora al español.
Autoría
John Addington Symonds